BARCELONA, 1949- GIRONA, 2019 Pujolboira

Su color es un canto afirmativo de la vida que nace en cada instante.

Pujolboira, artista en el que el color crece procurando conectar con la pureza que un día la luz, extraída del caos para poner orden, se convirtió en semilla de todo lo que sería creado.

por Josep M. Cadena

Del mismo modo que en toda narración literaria se encuentran unas palabras clave que definiexen el pensamiento del autor, también en las obras de los verdaderos pintores, aquellos que han hecho oficio del expresar lo que sienten, hay colores, acciones gestuales, e incluso representaciones figurativas que brotan del fondo de sus respectivas personalidades.

Este es el caso de Pujolboira, artista en el que el color crece procurando conectar con la pureza que un día la luz, extraída del caos para poner orden, se convirtió en semilla de todo lo que sería creado.

Por este motivo, su color es un canto afirmativo de la vida que nace en cada instante y que en constante transformación nunca pierde el sentido de alabanza a aquel que la impulsar.Per embargo, barcelonés como fue, vive en Albons, ante los humedales en que la salinidad del mar bautiza de blanco el verde de los prados.

La naturaleza, las plantas de hojas anchas puestas en un jarrón, la silla para sentarse, la mesa con frutas, el jarrón y las telas junto al caballete en el que expresa sus sueños de ir libre por el mundo. Porque Pujolboira interpreta desde su estudio los espacios abiertos que en un principio representó con bicicletas- aún en cuanto alguna- siempre a punto de partir hacia un infinito que ahora quiere abarcar con maquetas de barcos y con ventanas abiertas al entorno que ha escogido, un entorno que muchas veces representa la mujer que observa y calla, ya que es como la bien plantada de cordura.

El día a día establecido por la sociedad es para Pujolboira como la sólida mesa de madera en la que descansan las cosas normales y las insólitas, de la misma manera como lo hacen todo tipo de ideas en el cerebro humano.

Una mesa bien organizada, pero a la que se acercan los pájaros del ir y venir para agujerear con el pico sus patas. Y otra vez es la mujer-música de mandolina- la que establece cómo deben ser las cosas para que todo funcione.

En la pintura de Pujolboira encuentro, engrescadorament explicado, mucho de lo que todos nosotros quisiéramos conseguir, ser sensatos y libres a la vez.

Exposiciones

PUJOLBOIRA

«PAISAJES SOBRE LA MESA»